Chicas, dejenme contarles algunas
cosas antes de enamorarse de un kitesurfista,
de que se sumerjan en el mundo de los hombres con branquias, amantes de
las olas, del mar, del sol, del viento…
Los van a ver pasar con un
maravilloso bronceado en verano. Sus cuerpos se ven naturales y atléticos. Se
comportan como peces en el agua, demostrando valentía ante grandes olas y
grandes ráfagas. Esto sin mencionar su estilo de vida. Amantes de la
naturaleza, viajeros que siempre están dispuestos para una nueva aventura o un
nuevo spot de viento. Fanáticos de la vida despreocupada. ¿Quién no puede
sentirse atraída por ellos? Si te has enamorado de unos de estos especímenes
marinos debo recomendarte algo. PACIENCIA.
El kitesurf es su prioridad. Tu
relación se dividirá entre tú y el mar. Un 40% tu y un 60% el mar. Si te
sientes bien con eso, adelante. No debes esperar citas nocturnas, si el día
siguiente hay un buen pronostico de viento en camino, su atención se centrara
en eso, se acostara temprano. No te debe de importar despertar sola, ya que
bien temprano se habrá levantado para disfrutar de su maravilloso deporte. Su
tabla será su mejor amiga y su kite, su confidente, a los que les contará sus
penas.
Espero que te encante el agua,
ya que pasaras largas mañanas y bonitas tardes en la playa. Si no está navegando,
estará surfeando, nadando, buceando, o realizando alguna actividad relacionada
con el océano. Si tienen la mala suerte de ser kitesurfista en un país con poco
viento, te costara aguantar su ansiedad y su "monologo" de querer
navegar. Cuando entre una buena racha de viento, no le verás el pelo en 3 a 5 horas, descansara 20
minutos para comer algo y volverá al agua. Te quedarás en la orilla,
anocheciendo, y pensarás "¿Le habrá pasado algo?" y entonces le veras
salir del agua con la sonrisa más grande que hayas visto nunca. Cuando le
preguntes por que ha tardado tanto en salir te dirá: "¿A qué te refieres?
Aún queda viento para navegar".
¿Te gusta hacer fotos? Si la
respuesta es sí, mejor. Ya que vas a hacer muchas de tu novio en el agua.
Viajaras a lugares increíbles, que nunca sospechaste que podrían existir.
Recorrerás islas durante horas en moto. Tu bronceado será admirado. Aprenderás
un nuevo idioma: el “kiter”. Palabras como, ráfaga, gusty, choppy, windguru,
quilla, backroll, railey y un largo etc... Te conocerás todas los tipos de
viento en cada lugar y verás un montón de videos de kitesurf. Te harás fotos
con kitesurfistas profesionales.
Y nos queda el "factor
peligro". Kitesurfear no es fácil. Es muy difícil. Puede que te encuentres
ante cortes de corales, moretones, quillazos, tablazos y otros peligros,
tiburones, medusas, etc... Tienes que tener claro, que los días del viento
constante, el kite se mueve con gran intensidad, quedarte en la orilla mirando
cómo los transporta el viento no es plato de buen gusto.
Pero sabes, también tiene una
parte increíble. Son seres extraordinarios, relajados, apasionados, decididos,
valientes, entretenidos, divertidos, viajeros. Su vida gira en torno a su
pasión, su trabajo, sus amigos y es muy sencillo ser feliz a su lado.
Así que si te has enamorado de
un humano con branquias, aprende sobre primeros auxilios, cómprate un buen
protector solar y una cámara réflex. No olvides tener paciencia. Debes darle
gracias a Dios por el regalo tan fascinante que te ha dado.
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